El arribismo en el mundo literario

sábado, 14 de junio de 2014 2 comentarios en el nido

Artículo publicado en la web El Rincón de la Novela Romántica
  •  Domingo, 20 Abril 2014
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Visitas hasta el 14 de junio de 2014.


    De un tiempo hasta esta parte parece ser que a todo el mundo le ha dado por escribir.

    Algunos lo hacen por diversión, otros como entretenimiento, pero muchos lo hacen muy en serio y con la esperanza de ver publicadas sus rocambolescas ideas. Eso no es malo siempre y cuando se trabaje duro y se dedique uno a estudiar y mejorar. Pero hay muchos que no estudian ni mejoran. Ni siquiera han leído lo suficiente como para ponerse a escribir, y sí, hay que haber leído muchísimo para empezar a crear historias propias. Nadie sin un bagaje lector logrará jamás contar una buena historia. Nunca, esa es mi opinión y nadie me hará creer lo contrario.

      Únicamente cuando se está preparado de verdad puede lanzarse al mundo todo aquello que ha ido creciendo en tu cabeza y que has plasmado en una hoja en blanco. Lo que sí es malo son las prisas por publicar, la impaciencia que impulsa a unos cuantos y que provocan un estado de ansiedad tal que muchos buscan el apoyo de quienes ya han publicado y obtenido éxito. Eso tampoco es malo siempre que se vaya de cara y con sinceridad. Lo terrible de verdad es cuando eso se hace de forma solapada, buscando conseguir a través de otros lo que uno no es capaz de lograr con su trabajo.

     He visto muchas cosas a través de los años, pero nada comparable a lo que veo ahora. Sé que hay personas que se han arrimado a muchos escritores a pesar de no conocerles más que por el nombre, y se aferran a esas personas como una lapa intentando conseguir nuevos contactos y amistades que les lleven hacia su objetivo. Mientras les ha servido para poder contactar con los amigos de sus amigos, todo ha ido fenomenal. Pero una vez conseguido ese objetivo, si te he visto no me acuerdo. No pasa nada, arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

     El arribismo es una lacra en cualquier faceta del mundo profesional, no sólo en el literario. Pero, oigan, yo hablo de lo que conozco. Y me cansa ver cuántos mindundis se arriman a autores que son "alguien" en el cotarro literario (con "alguien" no me refiero ni siquiera a autores brillantes y reconocidos, sino a quienes han sido alzados a las alturas por sus palmeros y no saben escribir sin poner en cada párrafo por lo menos cuatro adverbios terminados en –mente. Ni siquiera se esfuerzan por buscar un buen corrector). Sí, así están las cosas, ni más ni menos. Y ya no digamos cuando existen historias mal documentadas pero que siguen siendo enarboladas como el súmmum del género: historias que se caen por la falta de trabajo y errores muy graves, pero que tienen una legión de seguidores detrás que cualquiera abre la boca y dice lo que piensa. Para qué, si vas a ganarte muchos enemigos. Pues ahí están, novelas con un ejército de seres-admiradores obnubilados por unas cuantas frases sacadas de cualquier escritor reconocido al que roban dichas frases y las retuercen para acomodarlas a su "estilo". De esos seres, la mitad para arriba piensan que la novela es una mierda, pero no van a decir nada porque muchos de ellos ―podemos llamarles palmeros―, aspiran a escribir también y a hacerlo tan bien o mejor (perdón, peor), que su ídolo en cuestión. Lo que les interesa es figurar en su círculo de amigotes, a ver si pueden chupar algo de la fama de ese ídolo al que envidian descaradamente ocultándose tras frases halagadoras. Y si se creen que no se les ve el plumero, van apañados.

     Alguien a estas alturas puede que se sienta escandalizado. Pues no hay motivo para ello, esto es el pan nuestro de cada día. Incluso yo he sentido en mis carnes (y yo sí que no soy nadie), que me han "robado" contactos para subir en lo más alto del podio literario. Es que me parto de risa, sinceramente, pero es cierto todo cuanto digo.

     Los arribistas van de "modestos" y buscan la aprobación de los "buenos" contactos que han ido coleccionando a través de mini relatos e historias personales de esas que "tocan el corazón" y que van colgando en sus espacios. También intentan ganarse a los palmeros de esos contactos, válgame el cielo, no vaya a ser que algo se les escape sin querer teniéndolo todo muy meditado hasta la última palabra, acento, coma o punto que escriben. Algunos incluso escriben muy bien y más les valdría no arrimarse a nadie porque tienen arrestos y talento suficiente como para destacar por sí solos. Pero es que la "fama" es golosa y llama como si fuera un canto de sirena. Es hermoso, pero pocos saben que ese canto puede llevarte a la destrucción si no tienes los pies sobre la tierra o no te pones tapones en los oídos. Y digo tapones porque resulta que después el autor al que el arribista se arrima se deshará en elogios hacia la "obra sublime" que el palmero con ínfulas de escritor le hace llegar. Porque en cierto modo se siente obligado a corresponder, y no tiene el valor suficiente para mandarlo a tomar por saco. Por Dios, aspirante a escritor, si no necesitas hacer eso... Más te valdría escribir en silencio e intentar llegar a lectores que de verdad aprecien tus historias y a una buena editorial que valore tu potencial. Búscate a tus propios seguidores con tu trabajo y no intentes llamar la atención a través de otros. Crea un blog, un espacio donde escribir a gusto y da rienda suelta a tu imaginación, seguro que puedes hacerlo y pronto te lloverán tus propios seguidores, aquellos que te buscarán a ti, no al seguidor de "fulanito, el que escribe sobre vampiros".



    Yo no soy nadie para juzgar a los demás, eso lo tengo muy claro. Pero veo mucho talento desperdiciado de gente que sólo parece querer complacer a los demás haciéndose visible a través de otros. Escribir no es fácil, en absoluto. Y no se convertirá en algo fácil sólo por arrimarse a aquellos que han publicado buscando su aprobación, sus alabanzas, o lo que es peor: buscando a sus lectores.

     ¿Queréis de verdad destacar y ser alabados por vuestros méritos?
     Os voy a dar una fórmula muy sencilla:
 
    Trabajad, leed, estudiad y aprended de los maestros, de los que realmente saben. Si os arrimáis a alguien, que sea a un escritor del que podáis aprender, y nada de hacer la pelota (eso no vale). 

    Escribid según vuestro corazón os lo demande y buscad vuestros propios lectores, aprovechaos de sus opiniones, profundizad en sus comentarios y críticas.

    Escoged a aquellos cuyas opiniones sean sinceras y ponedlos en "nómina" como lectores cero para que os ayuden a enfocar vuestro trabajo.

     Tened paciencia. Eso es lo más importante para un escritor.

     Todo lo demás, es un espejismo en un desierto desolador...

2 comentarios en el nido:

  • Anónimo dijo...

    Personalmente desconozco el arribismo en el mundo literario porque me encuentro en la grada, intentando ver todo el espectáculo y tomando apuntes para, en un futuro no muy lejano, saltar al atiborrado ruedo. Pero estoy de acuerdo contigo, están por todas partes y en todas las profesiones. Yo tengo a una enfrente de mí en la oficina.
    Algunos intentan alcanzar el éxito rápidamente y disfurtar de las mieles de la fama, viviendo del cuento sin producir gran cosa; es lo que se lleva hoy en día.
    Pero de todo, me quedo con tus últimos párrafos, a partir de la fórmula, que es lo que me aplico a mí mismo. Puede que nunca llegue a ser leído más que por algunos amigos, pero tampoco es algo que me importe demasiado. Eso sí, ¿quien no sueña con convertirse en un escritor de éxito y llegar a millones de personas?

  • Unknown dijo...

    Me encanta tu sinceridad. Sí, de un tiempo a esta parte también yo observo que todo el mundo escribe, y además pretende su publicación sin pudor. Soy tonta, tengo más de media novela escrita y lo dejé por verguenza, ya hace tanto tiempo que no sabría como seguir.
    El arribismo tan especial que describes me es desconocido, pero por suerte da igual lo avalada que vaya una obra, si es una bazofia no la leo, no la recomiendo, y si la acabo por cabezonería no la recomiendo. No hago sangre, simplemente se me va olvidando y es como si no existiera.
    A mí me llama la atención una serie de escritores que escriben obras como churros, en algunos casos se entiende porque los argumentos son variantes de otros más antiguos donde una protagonista se diferencia de otra por la profesión, el color de pelo y poco más.
    También te digo que si la obra es buena se agradece el arribismo del escritor. Hay muchos consagrados y clásicos que hacían de todo por publicarse.
    Me encanta tu blog, te sigo, te admiro, y espero aprender mucho de ti.

 

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