COSACOS. Desmontando tópicos

Ayer, Viernes 5 de Junio, leo El Periódico de Catalunya y en la contraportada encuentro una interesantísima entrevista de Núria Navarro a Yuri Fedosov, filólogo ruso, descendiente de cosacos y divulgador de la cultura cosaca y de la vida de los hombres guerreros de los zares de Rusia. Este es un resumen de dicha entrevista:

El pueblo cosaco, diezmado por los bolcheviques, es un pueblo orgulloso. La frase que más repiten es: "Sea como sea, gracias a Dios que somos cosacos".
Aquí decimos que el que bebe mucho "bebe como un cosaco". Dice Fedosov que eso no tiene fundamento. Durante las campañas militares, en las que los cosacos siempre estaban involucrados, se declaraba la ley seca. ¡Apenas bebían!. Hay un lema cosaco que dice: "Bebe, pero no pierdas el sentido, la razón y el cerebro". Los alcohólicos eran despreciados.

Tampoco eran un pueblo de bárbaros. Eran guerreros, lo llevaban en la sangre, y aprendieron en el imperio de los mongoles tártaros el ataque a caballo, que se acompañaba de alaridos muy fuertes para intimidar al enemigo, y se consideraba normal abrir en canal con el sable al enemigo, de arriba a abajo.

Los cosacos tienen los rasgos típicos de las regiones
meridionales: son algo más morenos y más bajos que los rusos blancos. O sea, nada que ver con el Yul Brinner de "Taras Bulba", cuya imagen y la de los cosacos que describió Gógol en su novela son de una subétnia distinta.

Los cosacos eran libres, y les gustaba explorar. No necesitaban mandatos, simplemente lo hacían. Así que cruzaron los Urales, derrotaron a los tártaros mongoles que quedaban en Siberia y la incorporaron a Rusia, ofreciéndosela al Zar.

Eran un pueblo muy rápido. El orígen de la palabra francesa "bistró" se halla en las guerras napoleónicas durante el siglo XIX. Los cosacos solicitaban en los restaurantes que les sirvieran algo rápido diciendo "¡Bystro! ¡Bystro!", que significa rápido en ruso. O sea, que inventaron la comida rápida.

En cuanto a las mujeres, como los hombres, estaban en las campañas militares y mandaban mucho. Se casaban por amor y tomaban las decisiones para la defensa de la stanitsa (poblado rural) y la familia.
La democracia surgió mucho antes en el pueblo cosaco que en la sociedad rusa. Las stanitsas formaban parte de un okrug (región), y éstos eran parte de un krug (círculo cosaco), donde se debatían todas las cuestiones. En él podían participar todos los cosacos mayores de 18 años sin distinción de la posición social. Ellos elegían a un atamán.
El poder de los círculos fue limitado por Pedro I el Grande, al que no le gustaba nada esa autonomía democrática.

Tras la Revolución de Octubre, el nuevo poder soviético formado por los bolcheviques, tuvo mucho miedo de los cosacos porque representaban una fuerza militar muy organizada.

Una pequeña parte pasaron a las filas nazis. Cuando los cosacos blancos sufrieron la derrota se fueron de Rusia a China, Estados Unidos y a los países ortodoxos. Los que se quedaron lo pasaron muy mal, se les asesinaba solo por vestir la ropa tradicional.

Algunos cosacos siguen viviendo en las stanitsas, pero ahora no hay necesidad de defender los límites de Rusia.


En la actualidad los cosacos pretenden el renacimiento de su cultura. Hay un dicho ruso que advierte de que no se puede entrar dos veces en el mismo río. Puede que la cultura y las tradiciones renazcan, e incluso hay tentación de reorganizar las fuerzas militares, pero los cosacos ya no guerrearán a caballo.
Nada será lo mismo.